martes, 3 de diciembre de 2013

La Fábrica del Demonio

Las linternas proyectaban su haz de luz en la nave desierta. Los dos vigilantes escudriñaban el rincón donde uno de ellos había escuchado un ruido.
—¿Ves algo?
—No, nada. Creo que empiezas a estar obsesionado.
—Es porque tú eres nuevo, Marcos, seguramente si supieras lo mismo que sé yo…
—¡Cuenta, cuenta! —le apremió el novato.
Enrique bajó el tono de voz y le informó a su compañero:
—¿Sabías que llevamos, entre los que hacemos esta ronda, más de seis bajas por depresión?
Marcos puso tal rostro de sorpresa, que su compañero comprendió que no debía estar al corriente de la situación. Enrique prosiguió relatando la historia…
—Antonio, por ejemplo, me comentó que padecía estrés debido a los ruidos que se oían por la noche; parecían los lamentos de un hombre que, a veces, derivaban en silbido… Pero lo más traumático llegó cuando escuchó la respiración de una persona muy cerca de su oído y hasta llegó a sentir el calor de su aliento.
—¡Joder, Enrique!… ¡Es para acojonarse! Pero bueno, ¡sigue!, ¡sigue! —Marcos estaba cada vez más inquieto.
—¿Tú sabías que en esta fábrica estuvieron mucho tiempo sin sufrir ningún robo? Lo más curioso es que siendo uno de los barrios más peligrosos, no tenían a nadie para protegerla. Según una leyenda que circula desde hace tiempo, el dueño de la fábrica hizo un pacto con el diablo nada menos, para que no ocurriese nada en estas naves. Al parecer, Lucifer aceptó el trato y envió un perro horrible, con las fauces de un monstruo y la envergadura de un ca- ballo que arrastraba sus mugrientas garras por cada rincón de este horrible lugar. El trato no fue gratuito. A cambio, Lucifer exigió el alma de un vigilante al año. Cada doce meses el propietario de la fábrica contrataba a un guarda nocturno y a los pocos días… ¡Lo encontraban muerto!
—Lo único que me dijeron al respecto es que la empresa ha cambiado de dueño… ¿Es verdad? —preguntó Marcos intrigado.
—Sí, en efecto, y por eso hace dos años que no encuentran el cadáver de uno de los nuestros, pero lo cierto es que los extraños sonidos se siguen escuchando.
Un nuevo ruido alertó a Enrique que, automáticamente, dirigió hacia ese punto el foco de luz de la linterna intentando descubrir de dónde provenía. Se acercó al rincón iluminado pero no advirtió nada anómalo. El silencio reinante comenzó a inquietarle.
—¿Marcos? ¿Estás ahí?
Nadie le respondía. Enrique enfocó un bulto en el suelo, justo en el lugar donde estuvieron unos segundos antes. Al acercarse descubrió con horror que los ojos de su compañero miraban al vacío. Le cogió la muñeca derecha para comprobar el pulso. No cabía duda. ¡Marcos estaba muerto! Lo que más impresionó a Enrique es que su compañero estaba cubierto de rasguños y rasgaduras. Era como si una enorme bestia lo hubiera atacado con sus afiladas garras.

jueves, 28 de noviembre de 2013

La Sonrisa Del Payaso

Una chica sale a altas horas de la discoteca, ha discutido con sus amigas y esa noche volverá a casa sola, incapaz de conseguir un taxi decide volver a su casa andando. Para ello debe cruzar un oscuro parque, decide hacerlo sin pensar mucho en las consecuencias y acelera el paso para llegar a casa cuanto antes.
De repente de entre unos arbustos aparece un grupo de hombres con oscuras intenciones, el grupo acorrala a la chica y mientras la increpan y golpean la empiezan a toquetear, la chica asustada implora por su vida y les pide entre lágrimas que la dejen marchar, es virgen y no quiere tener una experiencia tan traumática como primera vez.
Los hombres entonces le ofrecen una alternativa a la violación, “la sonrisa del payaso”, la chica debe elegir entre ser violada o que le hagan la sonrisa del payaso. La chica que no sabe que es, prefiere cualquier cosa a perder su virginidad violada por un grupo de violentos y elige la “sonrisa”.
Sin mediar palabra uno de ellos saca su navaja y le corta desde la comisura de los labios hasta las orejas, dejando su boca y cara totalmente deformadas y una horrible cicatriz para toda la vida que asemeja la horripilante sonrisa de un payaso.
Existen otras versiones de esta misma leyenda en la que ofrecen apuñalamiento o patada. Las personas asustadas al ver la navaja prefieren recibir una patada. Lo que no saben es que antes de recibir la patada les hacen morder un bordillo de la acera y al patearles la nuca les parten todos los dientes.
En la tercera versión de la leyenda el ofrecimiento es entre puñalada o pellizco, quien prefiere el pellizco tiene que aguantar la tortura de que le arranquen los pezones de un pellizco usando unos alicates..

martes, 26 de noviembre de 2013

El ciclo de tus noches

Despiertas en medio de la madrugada, has preferido dormir nuevamente en el piso, tu espalda te está matando pero no encuentras confort en tu cama.
Te levantas del suelo y sales de tu habitación, atraviesas el pasillo a oscuras, no necesitas luz, sabes dónde se encuentra cada mueble; mamá lleva meses sin cambiarlos de lugar. Bajas las escaleras y llegas a la cocina, la única habitación iluminada a esta hora. Abres el refrigerador, buscas la jarra de agua fría, parece que papa ha olvidado llenarla. Te conformas con tomar agua del grifo.
Escuchas un ruido, proviene del estudio de papá, crees también escuchar una conversación, y decides ir a comprobar que todo esté bien. Caminas al estudio atravesando otro pasillo, conforme te acercas te das cuenta de que no es una conversación, tiene pinta de ser una canción de The Doors, te suena a Spanish Caravan; piensas entonces que papá se ha quedado dormido escuchando su disco favorito de nuevo. Sigues caminando, llegas al estudio. La luz está apagada, la enciendes y descubres que no hay nadie; el sillón de papá está vacío pero su botella favorita de whisky está sobre la mesa junto a un vaso, ha estado tomando de nuevo. Terminas de escuchar la canción y apagas tanto el reproductor como la luz. Regresas a la cocina, la luz sigue encendida, papá siempre dice que hay que tenerla así para mantener las cucarachas alejadas de los alimentos, dice que la luz las espanta.
Subes las escaleras y cuentas los escalones, a mitad de camino escuchas unos silbidos que parecen venir del jardín. Bajas las escaleras nuevamente y pasas por la cocina hasta llegar al cuarto de lavado, entonces abres la puerta que da al jardín trasero, enciendes la luz, y ahí está ella; se ve tan hermosa con sus guantes de jardinería que ni siquiera te preguntas qué hace afuera a estas horas. Ella voltea al ver la luz, te sonríe y tú le regresas la sonrisa. Se te acerca y te da un beso en la frente, sientes el amor que sólo una madre puede darte. Sin decir nada, regresa a trabajar con las plantas.
Se puede sentir la paz, una atmósfera completa de paz y tranquilidad.
Sientes un aroma fuerte a alcohol y cigarros, huele a papá. Giras el cuello y ahí esta él, ebrio y grotesco como siempre, caminando hacia ella, ocultando sus manos en la espalda. Pasa justo enfrente de ti, pero parece no verte. Se acerca a mamá, puedes ver entonces que no oculta sus manos, oculta un cable. Comprendes lo que está a punto de suceder; el cobarde la toma por la espalda, completamente indefensa. Pasa el cable alrededor de su cuello, ella intenta gritar pero no puede. Sientes su dolor, entonces corres, corres hacia tu habitación y buscas refugio en tu cama, tienes miedo.
Escuchas que alguien sube las escaleras, sabes quién es, él dice tu nombre, lo repite como si fuera un juego, un gato y un ratón… Esperas en tu cuarto, sabes perfectamente cómo terminara todo, lo has vivido antes.
Él entra a tu habitación, cuchillo en mano. Se abalanza sobre ti, sobre tu cama, te apuñala diecisiete veces, pero no te duele, ya no duele.
Sale de tu habitación llorando, baja las escaleras, y tú lo sigues; llega a su estudio, pone su disco favorito de The Doors, se sienta y sigue tomando mientras llora. Lo observas con odio, con furia; y mamá también lo hace.
Él no resiste más, se rompe, no sabe cómo terminar con esto. Busca su arma, pero no tiene el coraje para jalar el gatillo; busca entonces cinta adhesiva y una bolsa de plástico. Cubre su cara con la bolsa y usa la cinta para asegurarla. Minutos después está muerto.
Te despides de mamá y vuelves a subir las escaleras. Llegas a tu habitación, la cama está empapada en sangre, no se puede dormir a gusto en una cama humedecida por tu propia sangre. Tomas una almohada seca y te acomodas en el suelo una vez más, una noche más.

Ciudad Sin Luz

¿Hay alguien en tu vida que odies? ¿Alguien por quien darías cualquier cosa para hacerle daño, por quien pagarías cualquier precio a cambio de venganza? Si es así, quizá deberías considerar ir a la Ciudad Sin Luz.
Para ir ahí, ve a cualquier ciudad relativamente grande y busca un callejón abandonado por la noche. Entra en él, y cierra tus ojos lo más fuerte que puedas. Di en voz baja «Ciudad Sin Luz» y concéntrate en la oscuridad. Probablemente has notado que ves colores difuminados y figuras abstractas si enfocas tu vista cuando tienes los ojos cerrados; observa esas imágenes. Luego de unos minutos, deberían empezar a volverse más claras y brillantes.
Cuando esto ocurra, irán tomando formas concretas: imágenes de asesinatos violentos, animales deformados y semejantes. No importa lo que veas, mantén tus ojos cerrados. Comenzarás a perder la noción del tiempo, pero eventualmente las imágenes se detendrán y sólo verás oscuridad absoluta, nada más que un tono negro profundo, sin otros colores ni formas. Cuando estés seguro de que has alcanzado este punto, abre tus ojos.
Ahora te encontrarás en una ciudad bastante oscura, no habrá una sola luz o estrella en el cielo. Deberías poder ver las siluetas azul oscuro de los edificios a tu alrededor. Sal del callejón y camina tan silenciosamente como te sea posible por la acera, sin ir en ninguna dirección en particular.
Si escuchas algún movimiento, aléjate tan rápido como puedas del ruido. En la Ciudad Sin Luz habitan animales. Estará muy oscuro como para distinguir bien sus rasgos, pero son del tamaño de los grandes felinos y matarán a cualquier humano que atrapen. Sigue caminando hasta que llegues a un área con edificios más pequeños; el límite de la ciudad.
Te encontrarás con un niño, cuyo rostro emitirá un débil brillo, permitiéndote ver que no tiene ojos.
Te preguntará, «¿Compartirás tu luz conmigo?».
Di que sí, y el niño acercará sus manos a tu rostro y te sacará tu ojo derecho. Será doloroso, pero esto no te dejará ningún tipo de herida ni sangrarás. Luego te dará las gracias y se irá. Sigue caminando, y un hombre alto aparecerá frente a ti.
«¿La luz de quién deseas tomar?».
Di el nombre de la persona que odias, y tan pronto lo hagas esa persona quedará completa y permanentemente ciega.
«¿Tu odio ha sido satisfecho?», te preguntará el hombre. Si es el caso, di que sí, y despertarás en el callejón. Si la respuesta es negativa, di que no, y el hombre desaparecerá. Sigue caminando. Te encontrarás con otro niño sin ojos.
«¿Compartirás tu luz conmigo?».
Di que sí y te sacará tu ojo izquierdo, dejándote ciego. Sigue caminando y el hombre alto se te aparecerá de nuevo, aunque por supuesto ahora tendrás que depender del sonido de su voz.
«¿La vida de quién deseas que la oscuridad reclame?».
Di el nombre de la persona que odias, y esa persona morirá. No se te preguntará si tu odio ha sido satisfecho esta vez, y no serás capaz de volver al callejón. Te advertí que te aseguraras de que realmente odiabas a alguien antes de hacer esto, porque pasarás el resto de tu vida vagando por la Ciudad Sin Luz, ciego, con sólo tu odio para reconfortarte.
Para algunas personas, eso es suficiente.


viernes, 22 de noviembre de 2013

Albert Fish

Asesino en serie y caníbal estadounidense.
19 de mayo de 1870 - 16 de enero de 1936

Es también conocido como el "Hombre gris", "El hombre lobo de Wysteria" y posiblemente como "El vampiro de Brooklyn". Él afirmaba haber abusado sexualmente de más de 100 niños, y fue sospechoso de al menos 5 asesinatos. Fish confesó 3 homicidios que la policía fue capaz de investigar para encontrar al homicida y confesó haber acuchillado al menos a 2 personas más. Fue sometido a juicio por el asesinato de Grace Budd, fue condenado y ejecutado.

Fish cometió lo que pudo ser su primer ataque en la persona de un niño llamado Thomas Bedden en Wilmington (Delaware) en 1910. Tiempo después acuchilló a un muchacho con discapacidad mental hacia 1919 en Georgetown, Washington D.C.
El 11 de julio de 1924, Fish encontró a Beatrice Kiell, una niña de 8 años de edad, jugando sola en la granja de sus padres en Staten Island. Le ofreció dinero para que lo acompañara y le ayudase a buscar ruibarbo en las campos vecinos. La niña estaba a punto de abandonar la granja cuando su madre ahuyentó a Fish. Fish se alejó, pero regresó después al granero de la familia Kiell donde trató de dormir por la noche para ser descubierto antes por Hans Kiell quien le dijo que se fuera.

Grace Budd
El 25 de mayo de 1928, Edward Budd colocó un anuncio clasificado en la edición dominical del diario New York World que decía: "Hombre joven,18 años, desea posicionarse en el país. Edward Budd, 406 West 15th Street". El 28 de mayo de 1928 Fish, entonces con 58 años de edad, visitó a la familia Budd en Manhattan, Nueva York, bajo pretexto de contratar a Edward. Se presentó a sí mismo como Frank Howard, un granjero de Farmingdale, Nueva York. Al llegar, Fish conoció a la joven hermana de Budd: Grace, que contaba con 10 años de edad. Fish prometió contratar a Budd y le dijo que enviaría por él al cabo de algunos días. En su segunda visita accedió a contratar a Budd, entonces convenció a sus padres, Delia Flanagan y alben Budd, de dejar que Grace le acompañase a una fiesta de cumpleaños aquella tarde en la casa de su hermana. Alben Budd era mozo de la Equitable Life Assurance Society. Grace tenía una hermana prostituta llamada Beatrice y dos hermanos: Alben Budd II y George Budd. Fish se alejó de ahí aquel día, con Grace, pero jamás regresó.

La policía arrestó a Charles Edward Pope el 5 de septiembre de 1930 como sospechoso del rapto. Pope tenía 66 años de edad y era superintendente de unos apartamentos y fue acusado por su alienada esposa. Charles pasó 108 días en prisión entre su arresto y juicio verificado el 22 de diciembre de 1930.

Fish negó estar involucrado con otros asesinatos. Sin embargo fue sospechoso de otros tres. El detective William King creía que Fish podía haber sido "el vampiro de Brooklyn", un violador y asesino quien asesinaba niños principalmente. Ellos fueron:
1927- Yetta Abramowitz, 12 años de edad, en el Bronx. Fue estrangulada y golpeada en el tejado de un edificio de apartamentos de 5 niveles ubicado en 1013 Simpson Street, murió en el hospital minutos después de ser hallada. El asesino escapó, pero 20 detectives y muchos policías uniformados buscaban a un "joven hombre alto" que se decía había tratado de atraer a varias jovencitas del vecindario a callejones y pasillos oscuros el 14 de mayo de 1927.
1932-Mary Ellen O'Connor, 16 años de edad, en Far Rockaway, en Queens. El 15 de febrero de 1932, su cuerpo mutilado fue hallado en los bosques cercanos a una casa que Fish había estado pintando.
1932-Benjamin Collings, edad 17 años.

EL MONSTRUO DEL LAGO NESS "NESSIE"

El lago Ness es famoso en todo el mundo por el supuesto monstruo que vive en sus aguas. Pese a que las reiteradas exploraciones para tratar de encontrar alguna prueba definitiva de su existencia no han tenido éxito hasta el momento, los indicios parecen abrumadores. Hay registrados más de tres mil testimonios de observaciones, decenas de fotos y filmaciones atestiguan que en este lago del norte de Escocia se esconde lo que parece un enorme animal misterioso. En los últimos meses se han producido nuevas observaciones de la bestia, se han realizado más fotografías, tan discutibles como las anteriores, e incluso se han escuchado misteriosos gruñidos y gemidos procedentes del lago. Los documentos más novedosos están compuestos por la nueva secuencia de tres fotografías que se ha conocido recientemente y que muestra con claridad lo que parece el largo cuello y la cabeza de un animal que emergen de las oscuras aguas de este lago. Los escoceses están convencidos de que si no existiese Nessie, nombre cariñoso con el que conocen al monstruo dellago Ness, habría que inventarlo. Cada año, decenas de miles de personas procedentes de todo el mundo viajan hasta las Tierras Altas en busca de un misterio y de un sueño.
15 SIGLOS DESPUES

La leyenda cuenta que el misionero irlandés San Columbano, evangelizador de Escocia, fue el primero que relató un encuentro con el monstruo en el año 565 de nuestra era. La bestia había atacado a un vecino en el río Ness, que desemboca en el lago y el hombre santo exhortó a la bestia a que no atacase a las personas. Probablementee, la influencia del santo varón fue determinante, pues aunque los avistamientos de este monstruo se han seguido produciendo, no hay noticias significativas de ataques a humanos. Por suerte para los vecinos de la zona, las costumbres de esta bestia parecen ser bastante pacíficas. De todas formas, no fue hasta los años treinta de nuestro siglo cuando los testimonios de avistamientos del monstruo se hicieron más frecuentes. Es más que probable que una causa directa de este mayor número de observaciones fuese la construcción de una carretera que bordea al lago y que lo hace, por lo tanto, mucho más accesible a los visitantes. Precisamente, mientras viajaban por esa carretera, George Spicer y su esposa vieron el 22 de julio de 1933 lo que describieron como una enorme y oscura criatura con un largo cuello.

Unos meses después, el 12 de noviembre, un trabajador de la compañía British Aluminium llamado Hugh Gray, afirmó que había visto un objeto de grandes dimensiones en el lago, al que consiguió fotografiar. La imagen, no demasiado clara, dio la vuelta al mundo, y al año siguiente ya se registraron medio centenar de observaciones de esa enigmática criatura.

martes, 19 de noviembre de 2013

La Casa De Winchester (¡YO QUIERO IR *w*!)

La viuda de Samuel Winchester, el inventor del rifle de repetición, mandó levantar una casa que se estuvo construyendo durante 38 años sin parar hasta que el momento de su muerte, falleció con 82 años. Convencida por un medium de la época de que podía evitar que los muertos por los rifles Winchester la visitaran buscando venganza en vida. Desde ese momento en su casa no cesaban los ruidos de martillos, empleó durante años una legión de constructores, carpinteros y decoradores en un proyecto sin fin.
Actualmente está convertida en una especie de parque temático: Winchester Mystery House.
La casa norteamericana más embrujada, la Misteriosa Mansión Winchester, tiene 4 pisos, 467 entradas, 47 chimeneas y 2 espejos.-
Después de la muerte del heredero de la Winchester Arms Company, su viuda Sarah descubrió que estaba bajo una maldición. Esto se debía a las armas creadas por la empresa familiar, que habían causado la muerte a miles de personas y estaban buscando su venganza.
Ella creyó que su única oportunidad para vivir una vida normal era la de construir una casa de forma permanente. Si la casa nunca se terminaba, ningún fantasma podría instalarse en ella. La casa contiene muchas características utilizadas para atrapar o confundir a los espíritus. Hay puertas pequeñas o que no conducen a ninguna parte, y ventanas que miran adentro de otras partes de la casa. Aunque la mansión sea enorme, hay sólo dos espejos en el lugar. Esto se debe a que Sarah creía que los fantasmas temían a su propio reflejo.
Luego de dirigir la continua construcción de la mansión durante 39 años, Sarah falleció mientras dormía a la edad de 82 años. Muchos acontecimientos extraños han ocurrido a través de los años y siguen reportándose actualmente. Los psíquicos han visitado la casa y creen que muchos espíritus deambulan por ella, ¡junto con el fantasma de Sarah Winchester!
Han habido muchos encuentros y sucesos inusuales incluyendo pasos, portazos, voces extrañas y las famosas manchas frías. Es una de las casas más raras, sino embrujadas, de Norteamérica.
Lugar raro si los hay, la Casa Winchester es una de las principales curiosidades de una parte de California que habitualmente queda de paso hacia San Francisco. Winchester Mystery House es su nombre oficial y quien piense que lo del misterio es sólo un argumento turístico para atraer visitantes hacia la ciudad de San José, sin duda está equivocado.
Hay pocos sitios tan raros como esta mansión de estilo victoriano, en una esquina anodina de esta típica ciudad norteamericana, de calles anchas y ambiente tranquilo. Sin embargo, las sorpresas se suceden apenas cruzar el umbral. Así que, por las dudas, conviene tomar en serio la primera recomendación de los guías (la casa Winchester sólo se puede visitar acompañado): no desviarse nunca del recorrido propuesto porque nadie puede garantizar que el visitante perdido sea encontrado nuevamente.
Atraviese sus 160 habitaciones y enfréntese cara a cara con los misterios y fenómenos extraños que dieron a la mansión su nombre; una ventana construida en el interior del piso, escaleras que conducen a ninguna parte, una chimenea que se alza cuatro pisos, puertas que al abrirse sólo dejan ver una pared en blanco, los pilares al revés. Nadie a podido dar explicación a los misterios que todavía ahora existen dentro de la mansión de Winchester.
Sarah Winchester invertió su herencia de más de 20.000.000 millones de dólares para construir la casa, su única obsesión, y así conseguir la paz eterna y apaciguar a los malos espíritus.
Una visita a la casa del misterio de Winchester no es una visita completa hasta que ha dado un paseo por los hermosos jardines victorianos que la rodean. Sarah Winchester se tomo muchas molestias para que estuviera perfecto y tuvo a ocho jardineros a jornada completa cuidando de todos y cada uno de los árboles, plantas y flores importados de todas las partes del mundo. Se encontrará cara a cara con grandes estatuas mitológicas y animales como ciervos, cisnes, reptiles y varias especies más.
La obsesión de la señora Winchester por lo sobrenatural se hace bien visible en los jardines.
Pero también se puede visitar la gran colección de rifles y el más famoso de la historia, incluyendo el rifle de repetición que Oliver Winchester adaptó y mejoró en el año 1866
El museo ahora exhibe artículos producidos en los años 20, ofrece al visitante la posibilidad de observar la colección de cuchillos Winchester, linternas, carruajes, y utensilios antiguos de la época.
Si tu objetivo es toparte ante lo sobrenatural no puedes dejar de visitar uno de los lugares más misteriosos de la historia, un lugar donde deambula la esencia de los espíritus, que según la viuda de Winchester están buscando venganza por haber sido víctimas de los míticos rifles del oeste.
Qué castigo
Para entender algo de esta casa, hay que conocer la historia de su dueña, Sarah Winchester, que dedicó 38 años a hacer y deshacer habitaciones, puertas, escaleras y techos. Aunque la casa sufrió algunos daños serios en el terremoto de San Francisco de 1906, fue restaurada y hoy se pueden conocer las habitaciones y sectores principales, en visitas de una o dos horas.
Sarah, entonces una joven belleza de Connecticut, se había casado en 1862 con William Winchester, el heredero de la famosa fábrica de rifles a repetición que fue uno de los pilares de la conquista del oeste norteamericano. Cuando todo parecía encaminado -un matrimonio bien avenido en la alta sociedad de la Costa Este, una fortuna consolidada, un futuro brillante-, Sarah sufrió dos golpes de los que nunca se recuperaría: la muerte prematura de su hija Annie y, años después, la de su marido. Probablemente aparecieron allí las primeras señales de un desequilibrio que dictaría su rara conducta respecto de la casa.
Sin poder encontrar una razón natural para su tragedia, la buscó en lo sobrenatural. Y aconsejada por una médium de Boston, según la cual la pobre mujer estaba pagando las culpas de los Winchester, acosada por una legión de indios y soldados muertos por las balas de los rifles durante la conquista del Oeste y la Guerra de Secesión, decidió mudarse y hacer todo lo necesario para calmar a los espíritus malignos.
Si les construía una casa especial para ellos, estaría a salvo mientras duraran las obras. En caso contrario, según la médium, sería la siguiente víctima de la lista. Cuánto de superstición y cuánto de desequilibrio había en Sarah Winchester, es difícil medirlo. Pero con su mudanza a una granja de ocho habitaciones en San José comenzó la leyenda de la Winchester Mystery House.
Sarah murió en 1922. Entonces la casa, que había llegado a tener entre 500 y 600 habitaciones, tenía 160 cuartos, con 2000 puertas, 10.000 ventanas, 47 hogares, 47 escaleras, 13 baños y 6 cocinas.
Se dice que ya anciana, pero siempre con una memoria prodigiosa, podía recitar uno a uno los objetos de cada habitación. Pero no es eso lo más curioso, sino una serie de rarezas en la construcción que nunca pudieron ser bien explicadas. Hay escaleras en forma de Y, escaleras con numerosos escalones, pero de pocos centímetros de altura cada uno, y escaleras que llevan a la nada.
A través de las paredes
También aparece durante el recorrido una notable obsesión con el número 13: hay 13 baños (al decimotercero se llega subiendo 13 escalones, y cuenta con 13 ventanas), todas las rejillas de desagüe tienen 13 agujeros, muchas ventanas están compuestas por 13 paneles, el pavimento de la entrada está dividido en 13 sectores, y en el dormitorio de Sarah hay un armario con 13 ganchos donde se colgaban 13 vestidos. Los que usaba durante sus sesiones de espiritismo. La lista de otros 13 es larga: 13 cúpulas de cristal, escaleras de 13 escalones, 13 partes en el testamento de la dueña de la casa, que fue firmado 13 veces.
Más allá de las curiosidades y supersticiones, la casa es un tesoro histórico de decoración y arquitectura, por muchos dolores de cabeza que probablemente le haya costado al arquitecto encargado de seguir los caprichos de Sarah. De los pisos de marquetería, que llevaron 33 años de trabajo exclusivo de un artesano, a los remates de bronce, todo parece salido de la más curiosa tienda de antigüedades.
Se dice que la mujer era capaz de pasar a través de las paredes, pero una revisión minuciosa de la casa permite descubrir que había varios escondites secretos para controlar el trabajo del personal sin ser vista: de ahí al don de la ubicuidad había un solo paso.
Sara Winchester temía que los espíritus de las personas que habían muerto por las armas creadas por su esposo volvieran de la muerte a vengarse. Pero no hay datos de avistaje alguno de fantasmas, aunque la misma Sara se dedicara contínuamente a realizar sesiones espiritistas. Ella construyó la casa tan caprichosamente sólo para despistas a los posibles espíritus que vinieran a perturbarla. Pero más allá de ser una construcción interesante y retorcida, nada mas hay.

lunes, 18 de noviembre de 2013

TOKIO, Residencia Akasaka

Algunos clientes han informan de ver fantasmas a los pies de sus camas, dejando al marcharse una niebla blanca causando además cambios bruscos en la temperatura. Algunos afirman haber sentido golpes suaves en la cabeza mientras dormían, y hubo un caso en que un cliente afirmo ser sacado de su cama por una  fuerza sobrenatural y arrastrado hasta el otro extremo de la habitación y luego de regreso.
Los arañazos que se aparecieron en su cuerpo apoyaron su declaración.

Residencia Himuro

Esta residencia fue supuestamente el escenario macabro de una terrible masacre que cobro la vida de toda una familia. Muchos acontecimientos paranormales se suscitan dentro y en los alrededores de de la residencia así como la aparición de las personas que vivieron ahí. Manchas de sangre con forma de manos y salpicaduras de sangre aparecen sobre las paredes y en ocasiones se dice que se puede ver a una chica con Kimono asomándose por las ventanas entre otros eventos paranormales que se narran sobre está mansión.
Según la leyenda urbana, la residencia situada más allá de la ciudad de Tokio es uno de los lugares con más fantasmas en todo Japón. La ubicación exacta de la mansión Himuro (o mansión Himikyru como se le conoce a veces) es totalmente desconocida pero la leyenda dice que la mansión está en una zona rocosa en un poco más allá de los límites de la ciudad de Tokio.
La mansión se dice ha sido escenario de uno de los asesinatos más horrendos en la historia moderna japonesa. La tradición local dice que desde hace generaciones, la familia Himuro había participado en un ritual extraño sintoísta conocido como "El Ritual de estrangulamiento" con el fin de sellar el mal karma desde el interior de la Tierra, cada medio siglo o algo así.
 La versión más popular de la historia dice que el mal karma surge cada mes de Diciembre (otras versiones dicen simplemente "cada final de año") de un portal sobre la base de la mansión. Con el fin de evitar esto, una joven era elegida al nacer por el amo de la casa y aislada del mundo exterior con el fin de impedir el desarrollo de cualquier vínculo con el mundo exterior, lo cual supuestamente ponía en peligro el efecto del ritual.

En el día del Ritual de estrangulamiento, la joven era atada con cuerdas en los tobillos, las muñecas y el cuello. Las cuerdas se unían a los yugos de bueyes o caballos para arrancar las extremidades de su cuerpo, haciéndola pedazos. Las cuerdas utilizadas para amarrarla se empapaban después en su sangre y las colgaban después en la entrada del portal. Ellos creían que con cerraban el portar por otro medio siglo hasta que pasado el tiempo indicado el ritual debía repetirse.
Durante el último ritual registrado se dice que la joven se había enamorado de un hombre que intentó salvarla del ritual. Este vinculo que ella había creado con el mundo exterior se creyó había contaminado su sangre y espíritu, arruinando el ritual por completo. Al enterarse del amor de la doncella, el amo de la casa tomó su espada y asesinó brutalmente a todos los miembros de su familia, hasta que finalmente, presa del pánico por lo que pronto podía suceder, murió bajo su propia espada.

Esta es la base de la "inquietante" de la leyenda de la Mansión Himuro. La leyenda local dice que las almas de la familia asesinada vagan por la mansión intentando repetir el ritual fallido con quien quiera que entre en el edificio abandonado. Se tienen informes de salpicaduras de sangre que aparecen misteriosamente sobre las paredes, con salpicaduras tales que dan la impresión de haber sido hechas por el veloz filo de una espada atravesando la carne. Muchos han dicho también haber visto espíritus vestidos de blanco, lavando ropa y preparando el terreno para el ritual.
El interés en la Mansión Himuro ha tocado su punto más alto debido a su inclusión en la historia de fondo del popular juego Fatal Frame. Aquí hay una cita de Makoto Shibata, Productor en Jefe de Fatal Frame, en relación con la leyenda:
 "En una zona a las afueras de Tokio, se encuentra una mansión en la que se dice que siete personas fueron asesinadas de una manera espantosa. En la misma propiedad, se encuentran tres residencias separadas que rodean la mansión, que se rumorea tienen vínculos con el turbulento pasado de la mansión. Se dice que hay una red subterránea de túneles que había debajo de los locales, pero nadie sabe quién hizo estos túneles o el propósito al que servían. Muchos fenómenos inexplicables han reportado que ocurren en la propiedad. Huellas de manos sangrientas se han encontrado salpicando todas las paredes. Espíritus han sido vistos en las instalaciones ... incluso en plena luz del día. Una estrecha escalera conduce a un altillo donde se rumorea está guardado un talismán que contiene el espíritu sellado. Los hombres que han buscado este talismán, han sido encontrados más tarde con sus cuerpos rotos y marcas de cuerdas alrededor de sus muñecas. Hay una vieja y derruida estatua de una mujer en kimono sin cabeza. Si tomas una foto de cualquier ventana, encontrarás a una joven en la imagen. Estos incidentes han provocado temor en la población de Tokio, y muchos creen que los que viven cerca de esta zona adquirirán una maldición. Las muertes de las siete personas son inexplicables hasta el día de hoy. "

Ahora, la pregunta es ¿Fue esto realmente cierto? Probablemente no. Si un espeluznante asesinato ocurrió (algunas fuentes ubican este suceso entre hace 30 u ochenta años) ¿Dónde está el registro?

Es muy poco probable que alguna estación de policía o periódico tengan registros de este asesinato en masa que tuvo lugar en las afueras de Tokio.

En cuanto al misterio de la ubicación, algunos creyentes sugieren que la familia Himuro ha vuelto a tomar posesión de la mansión y en la actualidad viven allí .. pero esto entra en conflicto con la leyenda en la que todos los miembros de la familia fueron asesinados supuestamente. Y los "relatos de primera mano" de los hechos tuvieron por testigos los pobladores e investigadores del lugar.
Otra peculiaridad a tener en cuenta es que Tecmo anunciaba el juego en USA con el lema: "Basado en una historia real" pero sin la versión japonesa original. Debido a esto, algunos han teorizado que la leyenda fue fabricada por completo por los desarrolladores del juego.
En conclusión…
Tal vez hubo un asesinato y todo esto ocurrió realmente, o tal vez es más probable que seinvento por algunos desarrolladores de juegos muy creativos, pero encontrar la verdad sobre esta leyenda no es algo probable en un corto plazo, así que ¿por qué no disfrutar de la leyenda de la mansión Himuro por lo que es? Una vieja leyenda urbana espeluznante.

Los 9 infiernos de Beppu: Aguas sangrientas.

Las jigoku de Beppu o “termas del infierno” son 9 magnificas termas mas aptas para observar que para bañarse en ellas. “La laguna infernal sangrienta” es la mas famosa y también considerada la más bella de las 9 por sus rojas e hirvientes aguas, las cuales adquieren ese color por su alto contenido en hierro.
Estas 9 fuentes se encuentran en la ciudad de Beppu en la prefectura de Oita, Isla de Kyushu, la tercera isla más grande del Japón. Beppu es conocida como Ciudad balneario  ya que cuenta con más de 110 establecimientos públicos. Con  más de 130.000 kilolitros de aguas termales al año procedentes del interior de la tierra (suficiente para llenar 3.600 piscinas de 25 m de largo) procedentes en su mayoría de las 9 fuentes conocidas como "Los 9 infiernos de Beppu". Siendo este el motivo por el cual desde tiempos antiguos mucha gente acude a Beppu para beneficiarse de sus aguas. Enclavada en una bahía rodeada de bosques de bambú y montañas de las que procede agua de extraños colores: rojo sangre (oxidación submarina), verduzco, color caramelo, debido a su rico contenido de ácidos, sulfuros, sal y aluminio.
Estas bellas termas también tienen su pasado oscuro, ya que en la antigüedad eran usadas como instrumentos de tortura por ebullición.
Más que nada su fama de lugar encantado se debe a la Chinoike Jigoku o “lago de sangre”, sus aguas rojas y vivas como la sangre alimentan las leyendas de los jóvenes alrededor de esta terma, más sin embargo es más un milagro de la naturaleza y un espectáculo digno de presenciar que un lugar encantado.



jueves, 14 de noviembre de 2013

Sangre Nieves: ¿la verdadera historia de Blanca Nieves?

Liliana esperaba con ansias la llegada de su primogénita, esa criatura que tanto habían soñado ella y su esposo, Lord Frederick. Tan segura estaba de que sería una niña, que todas las noches imaginaba su apariencia hermosa con piel blanca como la nieve, cabellos tan negros como una noche sin luna ni estrellas y labios rojos, tan rojos como la sangre fresca… De pronto empezó a sentir un dolor muy agudo en el vientre e instintivamente llevó sus manos a él, mientras se doblaba del dolor y veía cómo el inmaculado vestido que llevaba puesto empezaba a teñirse de rojo hasta los pies, haciéndola gritar por ayuda. Fueron horas de labor y dolor el dar a luz a esa criatura hermosa, tanto así que la salud de Liliana empezó a decaer, día a día, y ella dejó de ser la misma. Los siguientes meses transcurrieron dentro de un ambiente de calma y alegría, mezclado con incertidumbre para Lord Frederick, ya que su felicidad no podía ser completa si tenía que ver cómo la belleza y juventud de su amada esposa se consumían rápidamente con el pasar de los días; en cambio, su hija crecía, y empezaba a dar sus primeros pasos. Liliana murió al cabo de un año, dejando huérfana a su pequeña Lilly, y a Lord Frederick con un dolor profundo. A los ocho años Lilly se había convertido en una niña hermosa, pero malcriada, y podría decirse que hasta malvada: gozaba maltratando a las hijas de los sirvientes, atrapaba ratones para luego ahogarlos en un balde con agua y cazaba aves pequeñas para arrancarles las alas, mientras su mirada se tornaba en algo grotesco… Un día Lord Frederick la mandó a llamar para anunciarle que tendría que salir de viaje, puesto que iría a conocer a quien sería su nueva esposa. Esto a Lilly no la complació en lo absoluto y sólo respondió con una mueca, echando a correr. Su comportamiento seguía empeorando, permanecía horas encerrada en la habitación de su madre cepillando su cabello frente a un gran espejo, con la mirada perdida en el vacío de su reflejo. Pasó un tiempo antes de que Lord Frederick regresara a su castillo. Al parar el carruaje en el que venía, bajó y se quedó parado con la mano extendida a la puerta del vehículo tomando la mano de una hermosa mujer. Detrás de ella, un hombre apocado y aparentemente con retraso mental cargaba una caja de madera. Lord Frederick buscó a Lilly entre el mar de gente que llagaba a recibirlos; una de las sirvientas la traía de la mano, la pequeña llegó con la mirada baja y una de sus manos cerrada en un puño. Lord Frederick la llamó pero ella no respondió, haciendo que quisiera darle una reprimenda, pero la hermosa mujer a la que aún sostenía de la mano lo contuvo suavemente, al mismo tiempo que se inclinaba para saludar a la pequeña. Lilly la observó desafiante, pero la mujer no dejó de sonreír y preguntó a la niña si podía mostrarle su mano. La mirada de Lilly se tornó maliciosa, y abrió su puño para dejar ver el cuerpo de un ratón desollado y sin ojos. Sin perder la compostura, la bella dama le preguntó si no preferiría cambiarlo por lo que sostenía el hombre, hermano de Lady Claudia —así era como se llamaba la bella mujer—. Ésta tomó la caja en manos de su hermano y al abrirla apareció un cachorro. Se lo mostró a la niña; ella dejó caer el ratón, sacó al cachorro, se dio media vuelta y se alejó saltando y cantando dejando a Lady Claudia encubriendo el enojo que le provocó por haberla ignorado… Al día siguiente se celebraba la boda entre su padre y Lady Claudia, pero Lilly no salió de la habitación de su madre y lloró amargamente frente al espejo. Horas después los recién casados se encontraban dormidos. Lady Claudia empezó a sentir cómo algo goteaba en su cara. Se enderezó en la cama, pasó su mano por el rostro… ¡sangre!, era sangre de lo que se mancharon sus dedos. Miró hacia arriba y el cachorro que le había regalado a Lilly prendía de la cabecera degollado; pero ella no gritó, sólo tomó lo que quedaba del animal y se dirigió a la habitación de la niña. Al entrar se sentó en la cama y despertó a la pequeña con un beso en la frente. Lilly abrió los ojos, y entonces le dijo en voz muy baja: —Es mejor que no me tomes como a tu rival pequeña, porque puede que pierdas la guerra. Con el pasar de los años Lilly se convirtió en una adolescente bella e inteligente, mucho más que su difunta madre, pero con una personalidad cruel y sanguinaria. Su madrastra esperaba a su primer hijo, y Lord Frederick organizaba una gran fiesta para celebrar el cumpleaños de su hermosa primogénita. Por esta razón, Lady Claudia ofreció a Lilly el vestido que ella usó cuando cumplió dieciséis como una muestra de tregua a su pequeña guerra. La joven aceptó el vestido y caminó hacia la habitación de su madre. Esa noche, Lilly apareció en la fiesta ataviada con uno de los vestidos de su madre. Lady Claudia se enfureció mientras veía bailar a su hijastra, y su esposo estaba embelesado porque su hija le recordaba a Liliana. La mujer empezó a sentir contracciones, y horas después el bebe nació, muerto. Lord Frederick quedó devastado… pero no se comparaba al dolor de la madre fallida, quien gritaba a todos que la dejaran en paz y llamaba a voces a su hermano. Lilly contuvo una risa de victoria. Tras haber perdido su belleza, Lady Claudia se encerró en sí misma, hasta que un día dejó la habitación para vagar por los pasillos del castillo, y al dar con la habitación de Liliana, sintió como si una voz la instigara a entrar. Lo hizo, y caminó hasta quedar frente a un espejo inmenso con bordes dorados. Hipnotizada, se sentó en el banco junto a él y miró fijamente su reflejo, ya no gozaba de juventud… Empezó a llorar, y gritar, que todo era culpa de esa mocosa. Intentó destruir el amado espejo de Liliana, pero su reflejo la detuvo, y hablando como si tuviera vida, y haciéndola sentir que perdía la razón, le prometió devolverle su juventud y belleza siempre y cuando estuviera dispuesta a hacerle unos pequeños favores… Así fue como Lady Claudia había rejuvenecido ante la mirada llena de odio de Lilly. Cegada por su sentimiento de triunfo, envió a Lilly a un viaje con el pretexto de que necesitaba conocer el mundo. Pero le pidió a su hermano que la escoltara, y se asegurara de que sufriera un «accidente» en el camino. Mientras tanto, Lady Claudia se encargaría de vengarse de su amado esposo, quien siempre prefirió a Lilly por sobre ella. La noticia de que Lilly y su hermano habían desaparecido sin dejar rastros no tardó en llegar. Aunque esto destrozó aún más a Lord Frederick, la evidente muerte de su hermano no significó nada para Lady Claudia, y siguió envenenando a su esposo y llenándolo de dolor, decidida a hacer de él un despojo humano. En cuestión de noches Lord Frederick había perdido completamente su espíritu y vagaba por el castillo llorando y buscando desesperado a Lilly, pero ella no contestaba su llamado. Todo sería distinto una noche de invierno, cuando el ambiente en el castillo era más tétrico que de costumbre. Lady Claudia paseaba por la habitación que era de Liliana llevando en brazos un pequeño bulto, tarareando una y otra vez la misma canción. De repente, se escucharon gritos a la entrada del castillo; Lady Claudia posó el bulto en la cama para asomarse por la ventana. Uno de los guardias había sido degollado y destrozado mientras los demás huían despavoridos como si una jauría de lobos los atacara. Eran siete hombres corpulentos, aullando de placer, desgarrando a los guardias uno a uno ¡con sus propias manos y dientes! La sangre que brotaba de sus víctimas manchaba sus rostros y caía impúdica sobre la blanca nieve… Lady Claudia se aterrorizó y quiso correr a asegurar las puertas de la habitación, pero ya era demasiado tarde, una figura se asomaba a la puerta sonriendo, tan maliciosamente como siempre. Era Lilly. Lady Claudia se preguntaba cómo es que había sobrevivido, la niña se limitada a sonreír. Uno de sus brazos escondía algo detrás de su espalda. Lady Claudia la miraba con horror y curiosidad; ¿qué era lo que ocultaba? ¡La cabeza de su hermano!, que había cercenado y mutilado, ahora sus ojos eran unas cuencas vacías y su boca abierta no era más que un agujero sin dientes ni lengua, sólo una masa de carne y sangre coagulada y mal oliente. Lady Claudia gritó e intentó huir, pero Lilly fue más rápida, lanzándole la cabeza de su hermano para hacerla tropezar y caer. Rió como una psicótica tomando a su madrastra por los cabellos para obligarla a ver la orgía de sangre que practicaban los siete hombres afuera. Cómo destrozaban los cuerpos de sus víctimas y mascaban la carne cruda que arrancaban con sus dientes… se escuchaba cómo crujía la carne entre sus mandíbulas. Un leve llanto captó la atención de Lilly y llenó de pánico a Lady Claudia. Soltó a su presa azotándola contra la pared para dirigirse a la cama y destapar el pequeño bulto que tanto atesoraba. Con una sonrisa retorcida, lo recogió, y caminó al espejo extendiendo los brazos y mirándolo con recelo… —Espejo, espejo sobre la pared. Veo que te has divertido en mi ausencia —dijo con reproche hacia su reflejo, pero poco duró su trance ya que un dolor agudo y punzante atravesó su espalda. Lady Claudia la había apuñalado justo en el centro del corazón, pero Lilly sonrió y giró su cuerpo, mirando fijamente a la mujer, burlándose del acto desesperado por deshacerse de ella. El reflejo de Lilly ardió en llamas azules y empezó a cambiar frente a una atónita Lady Claudia. La forma que tomó fue la de un demonio de piel pálida, como la blanca nieve, de ojos negros, profundos, como la noche, una sonrisa retorcida y tan roja como la sangre fresca… Tiempo después se celebraba en el castillo la boda de Lilly y un noble de tierras vecinas. El padre de Lilly se había desvanecido, así como Lady Claudia, y todo empezaba a prosperar de nuevo en el castillo. Lilly esperaba la llegada de su primer hijo y se le veía caminar feliz por los pasillos con algo entre sus manos, hasta que se detuvo en la que alguna vez fue la recámara de su madre, sellada años atrás. Quitó el seguro de las puertas y caminó hacia el espejo, diciendo: —Espejo, espejo sobre la pared, no te podrás quejar, ya tienes compañía, y pronto tendrás un heredero más que te alimentará. Dijo esto mirando directamente hacia el espejo, mostrando al demonio sonriendo complacido y, al fondo del reflejo, a los siete hombres torturando a Lady Claudia y a Lord Frederick. Lilly arrojó lo que tenía entre las manos hacia un rincón de la habitación y una pequeña criatura salió de entre las sombras para devorar el cuerpo de un ratón, ante la sonrisa malévola de la futura madre…

Fashionista

Era una mujer sumamente amable, y sumamente entrometida. Cada semana le llevaba a la oficina algún postre: tarta de queso, galletas caseras, costra de chocolate blanco con frutas secas, emparedados de crema de maní con mermelada… en fin, que por lo menos 5 de sus 87 kilos eran responsabilidad de esa señora. Y todo esto le molestaba tanto a su novia: la recibía con toda educación, pero una vez que se iba cerrando la puerta tras de sí, comenzaba a recriminarle el que le aceptara tantas atenciones. ¿Qué buscaba esa señora? ¡Si casi podría ser su madre! ¿Cuáles eran sus intenciones? ¡Y esa manera de hurgar en la intimidad de los demás! ¡Como si quisiera saber algún oscuro secreto! ¡Pero si no había nada que investigar! Claro, a menos que él le ocultara algo, pero ella no. Ella qué podría ocultar, si todos la conocían. ¡Qué fastidiosa mujer! La aventaría por las escaleras si pudiera. Le sacaría los ojos. Le arrancaría la piel de las… shhhh. Sus dedos en los labios de ella y un beso en la mejilla lograban tranquilizarla para olvidar el asunto. Después de todo, sólo era la anciana de la oficina de al lado que criticaba lo excéntrico de su enorme colección de abrigos, jerseys y accesorios de piel.
Piel…
Piel… Era la piel lo que le faltaba ahora a ese cuerpo. El cuerpo de esa anciana amable y metiche.
Estaba envuelta en bolsas de supermercado, pero, a pesar de la casi nula luz que había, era obvio que le faltaban trozos de piel: en el torso, la espalda y ambos muslos.
No sabía qué pasaba (o qué había pasado) o por qué. ¿Por qué él y la anciana estaban ahí? ¿Quién los había llevado? ¿Quién era el responsable de algo tan horrible? Escuchó un pequeño ruido, era un sollozo, alguien lloraba; y podía sentirse el sufrimiento al oír ese sollozo. Entre la oscuridad apenas podía distinguir nada. Puso un poco más de atención; se escuchaba tan cerca… Sólo un instante después comprendió que era él quien lloraba.
Fue entonces que puso atención en sí mismo: estaba atado de pies y manos con cinta adhesiva, tenía un golpe en la cabeza que sangraba, sus rodillas y puños estaban raspadas, la sangre ya estaba seca. Sus ojos ya estaban acostumbrándose a la oscuridad y los entrecerraba como para agudizar la vista, tratando de ver en dónde se encontraba. Aunque la oscuridad era casi total, logró distinguir una máquina de costura, algo parecido a un caldero, estantes con frascos y una serie de tubos colocados horizontalmente del piso hacia arriba; calculó que tendrían tal vez metro y medio, y parecía que se ocupaban con…
La puerta se abrió de golpe y él cerró sus ojos, la luz lo lastimaba. Los apretó tan fuerte que le dolieron los parpados. Sintió un ligero puntapié en las pantorrillas. Abrió poco a poco los ojos para distinguir a quién tenía enfrente; un escalofrío lo recorrió desde el cóccix hasta la nuca. Y se escuchó gemir de nuevo, sólo que esta vez con desesperación y terror. En vano trató de librar manos y tobillos para huir, sólo consiguió empujar su cuerpo hacia atrás con los talones desnudos hasta que su espalda chocó con la pared. Su llanto se ahogaba en el esparadrapo que tenía en la boca.
Y ahí estaba ella, tan tranquila. Su tono de voz era tan relajado y despreocupado, su apariencia era la de siempre, a excepción de que estaba cubierta de sangre y tenía un afilado cuchillo en la mano. Le hablaba como si tenerlos allí fuese de lo más normal, caminaba por el cuarto moviendo cosas y hablando al mismo tiempo de la anciana muerta junto a él, del retraso que llevaba en tiempo por culpa de ella, y sobre todo del desorden que había provocado, que si hubiera cooperado un poco más no estaría ahora tan apurada. En cambio, en vez de uno eran dos los colores que tenía que fijar antes de la presentación de… Lo miró. Sonrió y se puso el dedo en los labios como hacen los niños pequeños cuando tienen un travieso secreto.
Se acercó al desollado cuerpo de la anciana. Se inclinó para arrastralo hasta la puerta que estaba al fondo del pequeño cuarto. El rastro de sangre que dejaba al avanzar le provocó mareos y perdió el conocimiento.
Al despertar estaba en el piso sobre una manta de plástico. Quiso incorporarse y no pudo, su cuerpo no se movía. Lo único que podía mover eran los ojos y su cuello, éste último sólo un poco a la izquierda, pero era casi nada. Al verlo despertar, ella se le acercó y le sonrió. Le besó la frente. «Estarás conmigo para siempre». Al oír eso comprendió todo, incluso su irremediable muerte.
La primera vez que la vio tenía el cabello suelto, el aire lo había enmarañado, vestía pantalones negro untados, un polo rojo y un jersey negro de piel. Esa tarde hacía un viento espantoso, su cuerpo delgado y bien definido parecía que fuese a salir volando en cualquier momento. Sus grandes ojos verdes parecían los de una niña perdida en el centro comercial. Supo que quería estar con esa menudita mujer en cuanto ella le pidió ayuda para subir las escaleras de aquel edificio de oficinas. Apenas medáa tal vez 1,55 metros y estaba segurísimo de que no pesaba más de 47 kilos. Pero era ágil y decidida; era lo que más le atraía de ella.
Siempre estaba bien vestida, siempre estaba al tanto de todo el mundo fashionista; los colores de temporada, las nuevas tendencias, los accesorios ideales para cada evento, después de todo ése era su trabajo. Estaba en el ranking de los mejores diseñadores y jamás estuvo involucrada en un escándalo. Su vida privada la mantenía así: privada. Era una mujer fabulosa.
Sólo tenía dos defectos que a él le molestaban bastante, y los cuales trató en vano de ignorar. Siempre criticaba la piel de todo aquel que conocía, si era grasosa o seca, si se le veían los poros o usaba en exceso maquillaje, nunca era condescendiente con nadie. Afortunadamente (pensaba en ese tiempo) él tenía una piel que a ella le agradaba. Su segundo defecto era su insensibilidad ante la muerte. Hacía tiempo que varios conocidos cercanos a ella habían desaparecido extrañamente. Al ver la notica en la televisión o en los periódicos, decía que era sólo una pérdida de tiempo, finalmente en el mundo moría gente cada minuto, y nada cambiaba, ¿por qué sería diferente si eran conocidos o no? Daba igual, por eso utilizaba los nombres de cada uno de ellos en sus líneas de ropa.
Ahora todo estaba claro. Los desaparecidos eran todos del «grupo de piel hermosa», como ella los llamaba, incluidos la anciana de la oficina de junto y él. Aquella colección enorme de abrigos, bolsos, jerseys, zapatos y accesorios, todo en piel… La máquina de costura, el caldero para teñir y los tubos horizontales ahora con piel recién curtida, oreándose…
El leve movimiento de su cuello le permitió ver a un costado suyo un pizarrón con patrones de corte para un modelo nuevo de un pequeño jersey. Lo que ella le dijo hizo eco en su mente: «estarás siempre conmigo».

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La Verdadera Historia De “SAW”

Me levante del escritorio y fui por un vaso de agua pero antes de servirlo, sentí la necesidad de seguir viendo el vídeo, así que volví rápidamente y lo puse a reproducir otra vez, el hombre siguió golpeándola hasta que la mujer despertó y se dio cuenta de que estaba en un lugar completamente desconocido y empezó a llorar aunque estaba amordazada y no podía gritar muy fuerte, sus llantos eran desesperantes, por un momento pensé que iba a salir la chica del exorcista con un grito como normalmente pasa y es lo que ahora odio de cualquier vídeo con un titulo interesante en youtube, pero no paso nada en ese momento así que seguí mirando el vídeo y la mujer se calmaba y el empezaba a hablarle era casi indescifrable lo que decía, así que no le preste atención, luego el le mostraba unas fotos de ella con unas personas vestidas de negro que ella estaba golpeando en la foto, no entendí nada de esto, pero continué viendo y para mi era un tanto emocionante este vídeo, derrepente pensé: “que buen vídeo, un fan con una gran imaginación”.
En unos segundos deje de imaginarme como hicieron el vídeo, y empece a sentir una respiración en mi espalda y una horrible presión en el pecho, como si me estuviera ahogando, pero esto solo me llamaba a ver la pantalla y seguir viendo ese vídeo, y me di cuenta de que la mujer tenia una cuchilla en frente y un control en frente de la mano izquierda el cual controlaba el movimiento de la silla ella podia subir la silla para cortar las cuerdas de sus manos pero si lo hacia asi tambien iba cortando su estomago y espalda lo cual no podia hacer por que de todos modos moriria, tambien podia mover la silla hacia abajo para cortar la cuerda que estaba atando su cuello al techo que en 5 minutos halaria hacia arriba ahorcandola según lo que entendí, pero tampoco podria hacer esto por que tambien cortaria su rostro y moriria, para mi fue algo imposible escapar de este juego, pero luego de un corte de un segundo se muestra ya un reloj contando desde 20 hasta 0, y despues de esos segundos se veia como la mujer moria sin ninguna forma de escapar, luego el hombre se acercaba y mostrba que era completamente real. Luego de toda la mazacre se muestra una fecha que dice 30/10/86 (30 de octubre de 1986). esto me dio un gran susto y pense de inmediato en el titulo visto. me pregunte si esto habia pasado en realidad y adelante el video hasta el final, donde habia una escena de polica mirando las pistas de el crimen y toda esa cosa de pelicula. me calme y vi donde estaba también el hombre muerto, y con una identificación cuyos datos eran: Name: Johan Allan Krackmer Born: 1935. Se me hizo curioso el nombre y tenia un gran similar con el del protagonista de la película SAW, que es John Kramer, luego después de buscar por Internet información de este hombre en Internet encontré que era un psicólogo Ruso, que vivía en España el día de su muerte y donde realizo el “Juego del miedo” por primera vez.
Después decia algo sobre que los estudios de este caso revelaron cosas muy sorprendentes que jamas fueron reveladas de este hombre que habia asesinado a mas de 65 personas, incluida la persona que asesino en su “juego”, después este hombre se convirtió en una historia, que rondaba en internet y los rumores llegaron a los productores de la ahora película “SAW”.
Pero aún hay un rumor de que después de su muerte han habido muertes inexplicables, en España y el mundo y principalmente a personas corruptas y fanáticos de televisión violenta. luego se encontraron tres muertes de imitadores, incapaces de matar a una mosca, cuyos cuerpos fueron encontrados frente a la computadora con un letrero escrito con sangre que dice: “Los mataré a todos a través de su computadora”, y luego se encontró la muerte de un joven, que murió frente a su computadora mientras leia un Creppy Pasta de SAW.


La Verdadera Historia De “SAW” | Creepypasta en español http://creepypastas.com/la-verdadera-historia-de-saw.html#ixzz2kabi4Qkd

La Casa Sin Fin

Permítanme comenzar diciendo que Peter Terry era adicto a la heroína.
Fuimos amigos en la universidad y lo seguimos siendo después de graduarme. Nótese que dije «graduarme». Él se retiró luego de dos años de esfuerzo mínimo. Tras pasar de los dormitorios en la universidad a un pequeño apartamento, no frecuentamos tanto. Hablábamos en línea de vez en cuando (AIM era líder en los años previos a Facebook). Hubo un periodo que no estuvo en línea por cerca de cinco semanas consecutivas. No me preocupó. Era un completo vago y adicto a las drogas, por lo que asumí que sencillamente le dejó de interesar. Pero una noche le vi entrar de la nada. Antes de poder iniciar una conversación, me envió un mensaje:
«David, hombre, tenemos que hablar».
Entonces me contó de La Casa Sin Fin. Obtuvo ese nombre porque nadie había nunca llegado a la salida. Las reglas eran simples y cliché: alcanza el último cuarto del edificio y gana quinientos dólares, nueve cuartos en total. Estaba ubicada fuera de la ciudad, a unos seis kilómetros y medio de mi casa. Al parecer, él lo había intentado y fracasado. Supuse que su intoxicada mente exageró la situación y salió huyendo por algún fantasma de papel o semejante. Me dijo que sería demasiado para cualquiera, era antinatural. Yo no le creí; ¿por qué lo haría? Le dije que echaría un vistazo la noche siguiente, y no importaba lo mucho que tratara de convencerme de lo contrario, quinientos dólares sonaba muy bueno como para ser cierto. Partí el día siguiente. Esto es lo que pasó.
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Al llegar y asimilar mi primera impresión del local… ¿alguna vez han visto o leído algo que no debería causar pavor, pero que por alguna razón un escalofrío se arrastra por tu cuerpo? Caminaba hacia el edificio, y la sensación de malestar se intensificó conforme abría la puerta principal.
Mi corazón se desaceleró y solté un suspiro de alivio cuando entré. El lugar se veía como el vestíbulo de un hotel cualquiera decorado para Halloween. Un letrero remplazaba al recepcionista, decía: «Habitación 1 por aquí. 8 más le siguen. ¡Llega hasta el final y ganas!». Me reí e hice mi camino a la primera puerta.
El área era una burla. La decoración te recordaba la sección de Halloween de un mini-súper, con fantasmas de tela y zombis animados que te gruñían al caminar a su lado. En el otro extremo estaba la salida, la única puerta además de la que usé para entrar. Caminé a través de las telarañas de juguete hacia la segunda habitación.
Fui recibido por niebla cuando abrí la puerta; sin duda hubo un avance en términos de tecnología. No sólo había una máquina de humo, sino también un murciélago colgado del techo y volando en círculos. Parecían tener una banda sonora de terror barata reproduciendo desde algún punto de la habitación.  No vi un equipo de música, pero supuse que debían haber utilizado un sistema de megafonía. Pasé por encima de unas cuantas ratas a cuerda y me fui con el pecho en alto a la siguiente zona.
En la tercera habitación es cuando las cosas empezaron a cambiar.
Superficialmente, no podías ver nada fuera de lo ordinario. Había una silla en el medio del piso tapizado con fina madera, una sola lámpara en la esquina hacía un pobre trabajo iluminando el lugar, y proyectaba algunas sombras en el piso y paredes. Ése era el problema. Sombras. Dejando fuera la de silla, había otras. Fue al momento que supe que algo no estaba bien. Ni siquiera pensé mientras automáticamente intentaba abrir la puerta por la que vine… Estaba asegurada desde el otro lado.
Aquello me desconcertó, ¿alguien las aseguraba a medida que progresaba? No, no había manera. Le habría escuchado. ¿Un seguro mecánico? Quizá. Pero estaba demasiado asustado como para pensar realmente. Me volví al frente de la habitación y las sombras se habían ido. La sombra de la silla se mantuvo, pero las demás se habían ido. Lentamente empecé a caminar. Solía alucinar cuando era un niño, así que atribuí a ello lo ocurrido. Me sentí mejor al seguir el trayecto, revisé abajo por obstáculos, y ahí fue cuando lo vi. O no lo vi. Mi sombra no estaba. No tuve tiempo de gritar; corrí tan rápido como pude a la otra puerta y me adentré a la cuarta habitación sin pensar en lo que podría contener.
Ésta fue posiblemente la más inquietante. Cuando cerré la puerta, toda la luz pareció ser succionada y puesta de vuelta en la habitación anterior. Me quedé ahí, envuelto en la oscuridad, sin poder moverme. No le temo a la oscuridad, nunca le he temido, pero estaba aterrado. Toda visibilidad me había abandonado. Sostuve mi mano frente a mi rostro y de no saber que le había ordenado a mi cuerpo tal cosa nunca habría sido capaz de darme cuenta. Oscuridad no lo describe. No podía escuchar nada, era un silencio inerte. Cuando estás en una habitación a prueba de sonido, aún puedes escucharte respirar. Puedes escucharte estando vivo… yo no podía. Comencé a empujarme hacia adelante, mi corazón palpitando agitadamente era lo único que podía sentir. No parecía haber una puerta del otro lado, no estaba seguro de que hubiese una esta vez. El silencio fue entonces roto por un leve zumbido.
Me giré violentamente al sentirlo detrás mío, pero no podía siquiera ver mi nariz. De cualquier forma, sabía que algo había ahí. El zumbido se acrecentó, más fuerte, más cercano. Di un paso atrás, nunca había experimentado esa clase de miedo. Realmente no puedo describirlo. No temía morir, temía las alternativas. Las luces parpadearon durante menos de un segundo y lo vi. Nada. La habitación estaba de nuevo inmersa en tinieblas y el zumbido era ya un chirrido salvaje. No podía seguir con ese sonido maldito durante otro minuto. Corrí hacia atrás, lejos del ruido, hasta llegar al otro extremo; al dar con la perilla de la puerta la giré y caí a la siguiente habitación.
Antes de que detalle la quinta habitación deben de tener claro algo. Yo no soy un adicto a las drogas. No he tenido historial de abuso de drogas o cualquier tipo de episodios psicóticos fuera de las alucinaciones en mi infancia que mencioné antes, y ésas sólo ocurrían cuando estaba muy cansado o recién despertaba. Entré en La Casa Sin Fin con la mente sana.
Después de caer por el cuarto anterior, mi vista de la habitación número cinco era de espaldas, mirando hacia el techo. Lo que vi no me asustó, simplemente me impresionó. Árboles habían crecido en la habitación y se alzaban por encima de mi cabeza. El techo era más alto que en las otras habitaciones, de lo cual pude conjeturar que estaba en el centro de la casa. Me levanté del suelo, sacudí el polvo, y di un vistazo. Fue sin duda la más grande habitación. No llegaba a ver la salida desde donde estaba, varios arbustos y ramas bloqueando mi línea de visión me debieron impedir de ubicar una. Imaginé que a partir de este punto las habitaciones serían más y más aterradoras, pero esto era un paraíso en comparación con la última habitación. También asumí que lo que fuera que estuviera ahí en la cuarta habitación, se quedó en la cuarta habitación. No lo hizo.
En lo que me adentraba por el área comencé a escuchar lo que uno escucharía si estuviera en un bosque, el ruido de los insectos y el aleteo ocasional de un ave parecían ser mi única compañía en esta habitación. Eso fue lo que más me molestó. Escuchaba los insectos y otros animales, pero no veía ninguno.
Caminé, esperando que tras el siguiente árbol diera con la puerta. Después de unos momentos sentí un mosquito acomodarse en mi brazo. Lo sacudí y seguí andando. Un segundo después, sentí diez mosquitos más volar a mi piel en diferentes lugares. Los sentí arrastrarse de arriba hacia abajo en mis brazos y piernas, y unos pocos bordando mi cara. Hacía un esfuerzo por espantarlos pero seguían viniendo. Cuando vi abajo dejé escapar un grito ahogado. No había un tan solo insecto. Ni un solo mosquito estaba en mi piel, pero podía sentirlos a lo largo de mi cuerpo. Los sentía picarme y los oía volar por mi rostro y alrededor. Me tiré al suelo y comencé a rodar. Estaba desesperado, odio a los insectos, especialmente los que no puedo ver o tocar. Estos mosquitos podían tocarme, y estaban por todas partes.
Me puse a gatear. No tenía idea de a dónde iba, la entrada no estaba por ningún lado, y seguía lejos de encontrar la salida. Así que gateé, con mi piel siendo agredida por esos insectos fantasma. Después de un interminable periodo de tiempo di con la sexta puerta. Agarré el árbol más cercano y conseguí ponerme en pie, perdidamente bofeteando mis brazos y piernas en vano. Traté de correr pero no pude, mi cuerpo estaba agotado de arrastrarse y hacerle frente a lo que fuera que tuviera encima. Emprendí algunos pasos tambaleantes hacia la puerta, agarrando cada árbol en el camino para sostenerme. Fue sólo a unos metros de distancia cuando lo escuché. El mismo insistente zumbido de antes. Venía de la habitación siguiente, y era más grave. La sensación de los mosquitos se reducía mientras el zumbido tomaba fuerza. Al poner mi mano en la perilla, los mosquitos desaparecieron, pero no me atreví a girarla. Esperé, con mi cabeza apoyada en la puerta y mi mano en un agarre tembloroso. El zumbido era tan ruidoso que ni siquiera podía oírme pretendiendo reflexionar. Sabía que de soltar la perilla los insectos volverían y no habría forma de que regresara hasta la habitación anterior. No había nada que pudiera hacer sino continuar.
 La sexta habitación seguía, y la sexta habitación era el Infierno.