Una clase de demonio que se encuentra en el Jigoku, pero
también en la tierra, está integrada por unos seres llamados Oni (ogro),
fuerzas malignas responsables de todas las desgracias, como las enfermedades y
las hambrunas, que también pueden robar almas y tomar posesión de personas
inocentes. Aunque se considera a algunos Oni dotados con la capacidad de asumir
forma humana o animal, o ambas, la mayoría resulta invisibles a los ojos
humanos. Los adivinos, las sacerdotisas y las personas especialmente virtuosas
pueden detectar a veces a estos demonios.
Su aspecto normalmente es el de un ser humanoide medio
desnudo, con un taparrabos de piel de tigre, su cara es aplanada con una amplia
sonrisa de oreja a oreja, su cabeza está provista de unos cuernos y a menudo
lucen un tercer ojo, en las manos y los pies tienen tres dedos provistos de
afiladas y puntiagudas uñas. Pueden andar por tierra o volar, en la mano
derecha llevan una barra de hierro con afiladas púas. Estos demonios aparecen
montados en una carreta en llamas para apoderarse del alma de un malvado antes
de morir. Pese a su aterrador aspecto suelen aparecer en historias cómicas en
las que se les ridiculiza.
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